En el horizonte de la campaña de granos gruesos 2024/25 hay factores bajistas para los precios, como la recuperación de la producción y de los stocks mundiales de granos y el fortalecimiento del dólar y altas tasas de interés en Estados Unidos. También hay otros potencialmente alcistas, como el mayor valor del petróleo y la posibilidad de desarrollo de un evento La Niña que reduzca los rindes por alcanzar. Combinar todo esto con el nuevo contexto interno exigirá una cuidadosa planificación.
Escenario general complejo
Al caracterizar el marco en que se desenvuelven actualmente los mercados de granos, Matías Amorosi, CEO de la consultora AZ-Group, dijo que “el escenario mundial cambió en los últimos meses: de una situación de malas cosechas y stocks bajos a comienzos de la década, se pasó a la situación contraria, con reducciones de precios de los granos”. Paralelamente, se mantiene alta la tasa de interés en Estados Unidos y el dólar está fortalecido, dos factores que juegan en contra del precio de los commodities agrícolas; además, continúan las guerras en varias partes del planeta”. En sentido contrario, el petróleo ha tenido una recuperación de valores hasta 80 dólares por barril, lo que favorece el valor de los granos, sobre todo de los que pueden generar biocombustibles.
Por su parte, en el escenario local las reglas de juegos cambiaron a partir de la asunción del presidente Javier Milei. El objetivo del gobierno es destruir las expectativas de inflación y de devaluación del peso, a partir del déficit fiscal cero y de limitada emisión monetaria. El resultado ha sido una caída de la inflación pero con un atraso cambiario, recesión y baja de tasas de interés, que generó una situación social delicada y ausencia de nuevas inversiones por ahora. Este nuevo escenario “obligará a tomar decisiones de manera distinta a la de los años anteriores, donde un buen manejo financiero permitía disimular algún desacierto productivo. Es decir, habrá que prestar atención a todos los micro negocios dentro del macro negocio agrícola para ganar dinero con la actividad”, proyecta el directivo.
Insumos en baja
Uno de los puntos donde habrá que poner la lupa es en la estrategia de compra de insumos para la campaña. “Muchos fertilizantes y herbicidas bajaron de precio y encontraron un piso; el caso más paradigmático es el de la urea, que valía 900-1000 dólares por tonelada a fines de 2023 y hoy se comercializa internamente en torno de los 500 dólares por tonelada”, compara Amorosi. Un proceso similar se dio con los fertilizantes fosforados y con los herbicidas, que muestran una tendencia declinante desde principios de año. Por esa causa y por el riesgo de de subas cuando se generalice la demanda, muchas empresas están activando compras para la siembra de granos gruesos 2024/25, luego de demorarlas durante varios meses. Lo mismo están haciendo los productores brasileños, estadounidenses, etc., que vuelven a demandar los insumos necesarios para la implantación y protección de los cultivos a partir de mejoradas relaciones insumo/producto.
Aparte de los precios, en la compra de insumos el otro factor por considerar son las tasas de interés para la financiación. En la actualidad todavía se mantienen negativas versus la evolución del tipo de cambio que muestra el Rofex, por lo que convendría tomar créditos a tasas del 25-35% anual en pesos que ofrecen las entidades financieras y comerciales.
Estrategias comerciales para la soja
Por otro lado, en mercados de granos que muestran variabilidad, una decisión comercial mal tomada puede torpedear la mejor estrategia productiva. Para decidir las ventas hay que considerar la información de fundamentos y movimiento de fondos especulativos, y utilizar herramientas de cobertura. Es decir, diseñar una estrategia de comercialización.
Los datos disponibles hasta hoy muestran una producción nacional de soja de la campaña 2023/24 de 50 millones toneladas; 46,5 millones de maíz; 15 millones de trigo; 3,6 de girasol y 5 millones de cebada.
“Además de los datos de producción, para decidir la comercialización de lo que resta de la cosecha gruesa 23/24 también hay que considerar la posición de los fondos especulativos en el mercado de Chicago. Las últimas semanas asumieron una posición vendida, lo que resultaría algo positivo porque pueden tomar la posición inversa si los mercados comienzan a mostrar volatilidad durante el mercado climático estadounidense”, entiende Amorosi.
El otro factor por tener en cuenta es la evolución climática. Los pronósticos meteorológicos muestran mapas con escenarios de evento La Niña hacia adelante, que habitualmente genera condiciones secas para el sur de Latinoamérica y el sur de América del Norte, y China. Este factor puede contribuir a generar volatilidad de precios que se pueden aprovechar para concretar ventas/opciones de la cosecha de soja 2023/24 en la próximas semanas.
Al considerar las recomendaciones comerciales para la campaña 2024/25, Amorosi aseveró que las perspectivas de producción estadounidense de soja 2024/25, según el Departamento de Agricultura de ese país, serían de 120,7 millones de toneladas, con un rinde proyectado de 34,9 quintales por hectárea, un registro que nunca fue alcanzado por los farmers. Si ese rinde no se obtuviera, el stock final sería bajo, similar al que existía en la campaña 2022/23, lo cual sería un factor alcista para el mercado de soja, que favorecería a los productores argentinos que la siembren.
Por otro lado, para la campaña 2024/25, el organismo estima una producción de 51 millones de toneladas para la Argentina, que puede ser mayor y eventualmente llegar a cifras cercanas a 60 millones por la menor superficie que se dedique al maíz afectado por los ataques de chicharrita.
Por su parte, Brasil podría alcanzar producción de 169 millones de toneladas y superaría largamente a Estados Unidos. Si se suman todas las producciones daría una cosecha mundial mayor a la del año pasado. En ese escenario potencial, los productores argentinos podrían esperar para ver si se producen algunos repuntes de precios durante el periodo de volatilidad por mercado climático norteamericano en las próximas semanas, pero no convendría demorar las decisiones de comercialización de la soja 2024/25 más allá de agosto-septiembre porque en esa fecha puede conocerse un incremento de área local sobre lo que hoy se estima, con un efecto negativo sobre los precios.
Maíz: mercado sostenido
El mercado de maíz tiene el telón de fondo qué puede pasar con los ataques de chicharrita. Las heladas de julio pueden contribuir a una menor incidencia inicial de la plaga en la campaña 2024/25, pero no despejan los interrogantes sobre el rendimiento final por obtener.
Otro factor por considerar es que el stock final del ciclo 2023/24 en nuestro país va a ser ajustado si se consideran los requerimientos del consumo interno y los compromisos de exportación, al enfrentar una oferta disminuida por los ataques del insecto. Ambos factores van a imprimir volatilidad al mercado disponible y futuro.
La intención de los productores de maíz de la Argentina adelanta una reducción de la superficie sembrada. El Departamento de Agricultura de Estados Unidos la estima 3,8%, que daría lugar a una cosecha de 51 millones de toneladas. La proyección preliminar de AZ-Group considera una caída del 7,5%.
Para Brasil se espera una producción de 127 millones de toneladas y para Estados Unidos, de 383,5 millones. La suma de los distintos oferentes de maíz daría una producción mundial de 1224,7 millones de toneladas. “Es posible que esta situación de oferta pueda mantener los precios del maíz con buenos niveles en la campaña 2024/25”, adelanta Matías. No obstante, en la Argentina, es de esperar que estos valores sostenidos tienten más a los productores de la región sur, mientras que los del norte, muy afectados por la chicharrita, se vuelquen a la soja.
En términos de resultados económicos “micro”, los primeros cálculos de la plataforma Agbi.com muestran ventaja del maíz temprano sobre la soja de primera en la zona núcleo, pero ambas actividades son superadas por la secuencia trigo/soja, de la que se espera una ampliación de la superficie sembrada. “Los resultados esperados son superiores a los que se calculaban a principios de año y deberían invitar a los agricultores a no quedarse con aquella mala foto y activar los mecanismos productivos y comerciales”, desafía el técnico.
En síntesis: en la campaña 2024/25 de granos gruesos hay un escenario de optimismo moderado para los precios agrícolas en el corto y mediano plazos, que deberá convalidarse siguiendo la evolución del mercado climático en Estados Unidos y la intención de siembra de los productores en Latinoamérica. No obstante, Amorosi alerta de que “los márgenes netos de los cultivos no son holgados, por lo que habrá que tomar coberturas y decisiones certeras paso a paso para alcanzar la rentabilidad proyectada”.
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