La actual campaña de granos es una de las peores de los últimos años. Es que además de la sequía los campos sembrados tuvieron que soportar la última semana una tanda de heladas tardías que continuaron recortando rindes.
La Bolsa de Cereales de Buenos Aires redujo sus proyecciones de cosecha en 1,2 millones de toneladas hasta las 14 millones de toneladas, casi una semana después que la Bolsa de Comercio de Rosario fuera todavía más negativa y proyectara una cosecha de 13,1 millones de toneladas.
El efecto negativo de la reducción de la cosecha es doble. Por un lado se reducen las exportaciones con su respectivo impacto en la acumulación de reservas; y por el otro, tensiona el abastecimiento y los precios para el mercado interno.
Con este contexto el ministro de Economía, Sergio Massa, obligó a los exportadores a postergar parte de los embarques de trigo con el objetivo, entre otras cuestiones, de sostener el volumen necesario para el mercado interno.
"Vamos a postergar parte de los embarques para prorrogar contratos y, además, no será ejecutado el productor que incumpla esos contratos. Esta medida también nos permitirá sostener el volumen necesario para el mercado interno", indicó Massa.
En el mismo sentido se expresó previamente el secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca, Juan José Bahillo, quien anticipó que el sector exportador la había solicitado al Gobierno "autorizar una prórroga en los embarques".
"Los contratos de exportación de trigo son incumplibles en los plazos programados. Si bien sumaban 2000 millones de dólares, si se exportan, acá no queda nada", explicó a LPO una fuente del sector.
Es el mismo argumento que explica las razones por las cuales el gobierno descartó la posibilidad de crear un dólar trigo para que liquiden el grano que guardan.
"Si reconocemos un mejor precio para el trigo, sube la bolsa de harina y afecta un volumen importante de productos de la mesa de los argentinos", agregaron a LPO desde el equipo económico. Es por eso que respecto al maíz, la decisión de Economía fue habilitar embarques atrasados que ya se habían cobrado en mayo cuando Martín Guzmán aún era el titular del Palacio de Hacienda. Tampoco habrá dólar maíz.
Así es que las miradas continúan puesta en la soja, que puede convertirse en la salvadora indiscutida de una campaña agrícola para el olvido.
Si bien los datos de CIARA CEC, la cámara que nuclaa a las cerealeras exportadoras, los dueños de la oleaginosa da cuenta que aún conservan 12 millones de toneladas por un total estimado en aproximadamente 7000 millones de dólares, los cálculos que hacen en el Palacio de Hacienda hablan de 5000 millones.
Para eso, Massa analiza reeditar un nuevo capítulo del "Dólar Soja" para alentar a que liquiden el stock conservado y poder fortalecer las reservas en arcas del Central para contener el drenaje de divisas que se incrementó fuerte en lo que va del mes.
El interrogante que se abre es cual es la cotización que incentiva a grandes exportadores a transformar sus granos en pesos. Según un importante jugador del mercado "lo mínimo que tiene que reconocer Massa es 220 pesos por dólar" lo que equivale a un 10% más que en su versión anterior.
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